Personas que mueven personas

Anthony Padilla

El camino de Anthony Padilla hasta convertirse en mecánico empezó a los 5 años, cuando un suave codazo en la oscuridad le dijo que era hora de despertarse. Afuera, aún medio dormido, el niño agarró el mango de una linterna y fijó su haz en el punto preciso del coche donde su padre la necesitaba. Pásame esa herramienta, le dijeron. Sus pequeñas manos crecieron hasta discernir los diferentes tamaños de tornillos que había dentro de la caja de herramientas.

El residente de Thornton siguió dándole a la llave inglesa durante toda su infancia, en su primer proyecto de coche propio, un Mazda Miata de 1991, y en el Centro de Educación Técnica Bollman, donde Padilla completó dos años de clases de automoción mientras asistía al instituto. En clase durante ese tiempo, el personal de RTD se acercó para hablar al grupo sobre el curso de formación en tecnología diésel de la agencia, para el que se selecciona a los estudiantes. Padilla estaba intrigado. Destacó en el programa y fue contratado por RTD días después de cumplir 18 años. De eso hace casi cuatro años.

Hoy en día, un mecánico de reparaciones generales interviene en todos los elementos de la reparación de autobuses, lo que le viene muy bien. Ve un poco de todo: un intermitente trasero defectuoso, un problema con el sistema antibloqueo de frenos, una fuga que podría indicar algo más. Un autobús es como un rompecabezas, dice Padilla: "Te da pistas y cosas que tienes que buscar, y poco a poco empiezas a resolverlo. Y la recompensa, cuando por fin solucionas el problema y ves que el autobús sale del taller, es muy gratificante".

La experiencia ha demostrado a Padilla que las generaciones de autobuses -a las que él llama "hermanas y hermanos"- tienden a tener los mismos problemas, el mismo tipo de trabajo necesario, las mismas piezas sustituidas. "Cuando trabajas en estos autobuses tanto tiempo como nosotros", dice, "empiezas a tener buen ojo para las cosas. Vemos cosas que otros probablemente no ven". Las pistas pueden encontrarse en una luz de refrigerante baja, un tambor polvoriento o unos frenos que chirrían. El mecánico sabe que cada reparación que hace puede afectar a la experiencia del pasajero, desde el funcionamiento de los sistemas de frenado y dirección hasta el uso de una zona de sujeción para sillas de ruedas.

¿Qué es lo más difícil? "Eso es una cuestión de opinión", dijo Padilla, señalando que muchos de los problemas que diagnostica pueden estar relacionados con otra cosa. En muchos casos, añadió, "lo tenías delante de la cara todo el tiempo. Sólo hay que indagar un poco más".

By Personal de RTD

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